El viernes por la noche, un hombre de 33 años, quien estaba bajo restricción de acercamiento hacia su expareja de 30 años, cometió una agresión brutal contra ella. La Policía fue alertada y logró reducirlo tras resistirse inicialmente. Sin embargo, lo inesperado ocurrió cuando intentaron esposarlo: el hijo del detenido, un adolescente de 13 años, quiso echar a los efectivos con un cuchillo.
Los hechos tuvieron lugar en un departamento del barrio 960 Viviendas, conocido como “Santa Rita de Cascia”. La llamada al 911 por parte del hijo alertó sobre la agresión. Al llegar, los patrulleros observaron a una mujer herida y al agresor resistiéndose. A pesar de su actitud hostil, lograron detenerlo.
Mientras se llevaban a cabo las primeras medidas para reducir al hombre, el adolescente ingresó al departamento con un cuchillo en mano y trató de atacar a los policías. Sin embargo, estos evitaron que causara daños, recuperando la arma blanca y conteniéndolo.
Este caso resume cómo la violencia genera más violencia; el ejemplo paterno es clave para formación del niño, pero las consecuencias de esta noche en Villa Mercedes son inquietantes.
